¿Qué es la lobuloplastia y para qué sirve?
La lobuloplastia es una cirugía menor que corrige deformidades o daños en el lóbulo de la oreja. Su finalidad es reconstruir el tejido para que recupere su forma original y, al mismo tiempo, permita volver a llevar pendientes si la paciente lo desea.
Este tratamiento está indicado en casos de lóbulos rasgados, alargados por el peso de los pendientes, perforaciones dilatadas o simplemente cuando la persona busca mejorar la simetría de sus orejas.
El procedimiento es sencillo, se realiza en consulta con anestesia local y no requiere ingreso hospitalario.
Ventajas de la reconstrucción de los lóbulos
La lobuloplastia no solo aporta beneficios estéticos, también mejora la confianza y comodidad en el día a día. Sus principales ventajas son:
- Recuperar la forma natural del lóbulo de manera definitiva.
- Eliminar cicatrices o perforaciones antiguas.
- Posibilidad de volver a perforar la oreja tras la recuperación.
- Procedimiento rápido, indoloro y ambulatorio.
- Cicatrices prácticamente imperceptibles con el paso del tiempo.
Para muchas personas, esta cirugía supone volver a sentirse cómodas con su imagen, especialmente al usar pendientes o recogidos.

¿Quién puede realizarse una cirugía de lóbulos rasgados o alargados?
La lobuloplastia está indicada tanto en mujeres como en hombres que presenten daños o alteraciones en los lóbulos. Los candidatos más habituales son:
- Personas con lóbulos rasgados por pendientes.
- Pacientes con lóbulos alargados o debilitados por el paso del tiempo.
- Quienes han llevado dilataciones y quieren cerrar el orificio.
- Personas que buscan una mejora estética en la forma o simetría de las orejas.
En la primera consulta el cirujano evalúa el estado del tejido, explica el procedimiento y resuelve dudas sobre la recuperación y los resultados esperados.
Procedimiento de la corrección de lóbulos paso a paso
El proceso de lobuloplastia es sencillo y suele durar entre 30 y 60 minutos:
- Anestesia local: se anestia la zona para que el paciente no sienta dolor.
- Resección del tejido dañado: el cirujano elimina las zonas rasgadas o alargadas.
- Sutura estética: se cierran los bordes con puntos finos para que la cicatriz sea mínima.
- Curas posteriores: se indican cuidados básicos para favorecer la cicatrización.
El paciente puede volver a casa el mismo día y retomar actividades cotidianas en pocas horas.
Resultados y recuperación tras la cirugía de lobuloplastia
La recuperación es rápida y bien tolerada. Durante los primeros días puede aparecer una ligera inflamación o enrojecimiento, que desaparecen de forma progresiva.
Los puntos suelen retirarse a la semana, y en ese momento ya es visible la nueva forma del lóbulo. La cicatrización completa tarda unas semanas, y a partir de los dos o tres meses es posible volver a perforar la oreja, siempre bajo recomendación médica.
El resultado final es natural y duradero. Los lóbulos recuperan una apariencia armónica, sin marcas visibles, lo que permite al paciente volver a disfrutar de su imagen con total seguridad.